
Seguro que tienes claro lo que voy a decirte: los planes son importantes.
Creo que, si me conoces desde hace un tiempo, incluso puede que te hayas hartado de las veces que lo repito.
Por eso, también sé que por tu mente pasan ahora mismo pensamientos tipo: ‘lo que tú digas’, ‘¡aja! pero es para los que son más grandes que yo’, ‘a mí no me funcionan. Trato de hacerlos, pero nunca los cumplo.’
Bien, te voy a contar qué es un plan de acción para mí. Así entenderás porque considero que debes tener uno.
¿Qué hay detrás de un plan de acción?
- Cuando tienes un plan es que tienes una intención y puedes trabajar sobre ella.
- Cuando le cuentas a alguien tus planes, algo comienza a transformarse: pasamos de un pensamiento a una acción.
- Si lo ponemos por escrito, eso ya es la bomba. Al verbalizar una idea en palabras, le damos otra dimensión, es como si le diéramos forma, una estructura que lo hace más real, ¡y ya no hay vuelta atrás!
- Un plan de acción te da claridad, porque para desarrollarlo debes definir bien las bases de tu negocio.
Esto no quiere decir, ni mucho menos, que todos los planes salen a la primera.
Están los que se quedarán en el camino y otros comienzan de una manera y terminan de otra.
Es decir, que los planes de acción se transforman, crecen y pueden llegar a sorprenderte.
¿Entiendes ahora por qué no has de frustrarte si tus planes de acción no salen como esperabas o no los llevas a cabo de la manera en la que pensaste?
Entonces, vamos a ver ahora qué cosas pueden ayudarte con tus planes.
4+1 claves fáciles para que tus planes funcionen
No olvides el ingrediente más importante: TÚ.
Aunque te cueste creerlo, esto no va de empresas grandes, ni pequeñas. Va de ti, de tu negocio, vuestras características y las circunstancias que os rodean. con todo eso en mente, es posible realizar y adaptar planes de acción que realmente te resulten útiles, una guía para los momentos difíciles.
Suelo repetir que un plan que no esté ajustado a tu propio ritmo no servirá de nada.
Es fundamental que te conozcas, que sepas el tiempo real que tienes y los recursos que puedes invertir. Incluso sería bueno si supieras las personas que pueden apoyarte, esas con las que de verdad puedes contar.
2. No pongas todos los huevos en la misma cesta.
Lo sé, hay veces que no nos da la vida, pero a la hora de armar un plan, no está de más considerar varias opciones. Por ejemplo, tener un plan B, ¡incluso un plan C!
Así, nunca tendrás el agobio, ni el miedo a que no te salgan bien los planes, porque sabes que cuentas con distintas alternativas.
3. Toma nota y documenta los pasos.
No hay nada más poderoso que la información. Por eso, una de las mejores herramientas que puedes utilizar en tu negocio es la de documentar bien todos los pasos.
Si guardas la información bien ordenada, seguro que cuando necesites tomar decisiones o evaluar tu progreso, te resultará mucho más fácil.
Una advertencia antes de continuar: no te pongas excusas.
Quizá todo esto de documentar te suena a mega-proyecto inalcanzable para ti en este momento, pero no es verdad. porque no requieres de ninguna gran infraestructura.
Empieza en pequeño y adaptándote a tu estilo. Por ejemplo, basta con comprar una libretita para poder escribir todo lo que vaya surgiendo en relación con tu plan. Ahí puedes anotarlo todo: desde las listas interminables de tareas, pasando por las dudas, las observaciones, hasta los miedos que surjan. Así te aseguras también de la carga de los pensamientos recurrentes, que suelen limitarnos, y que ponen en peligro la consecución o cumplimiento de nuestros planes de acción.
4. Mide, ajusta y ¡sé sincera contigo misma!
Debemos tener muchas cosas en cuenta, pero es fundamental ser muy sinceras y no hacernos las ilusas.
Verás, querer creer que las cosas funcionan mucho mejor que en la realidad no ayuda en nada.
Por eso, tienes que verificar tu plan cada cierto tiempo. Comprobar qué funciona y si nos acerca dónde queremos.
La clave extra: céntrate en ti y en tu negocio, ¡no te compares!
Hay una regla no escrita o una tendencia natural de las emprendedoras que es fijarse demasiado en lo que hace la competencia.
Y en estas comparaciones, tipo “yo quiero tener 10.000 seguidores” o “vender tanto como fulanita”, siempre salimos perdiendo, porque parece que les vaya mejor que a nosotras.
En realidad no es exactamente así, sencillamente ocurre que nunca miramos a las demás personas con objetividad.
Por eso, como no podría ser de otra manera, mi consejo siempre es y será que seas tú misma y te despreocupes de lo que hacen las demás.
Al final, siendo fiel a ti misma, por más que nos cueste hacer y rehacer nuestros planes, llegaremos al objetivo sintiéndonos orgullosas de lo que hemos conseguido.
¿Cuál de estas claves estás olvidando a la hora de definir tu plan de acción?
Poniendo en práctica estas claves, ¡ahora sí no habrá quien te pare!
A mí me gusta pensar en los negocios como en una carrera de fondo, esto me ayuda a tener perspectiva, a dosificar mis fuerzas y mantener el foco y el ritmo adecuados.
¿Rearmamos tu plan y comenzamos juntas de nuevo? Cualquier duda que te surja en el momento, déjamela en los comentarios y me encantará ayudarte a resolverla.